Thomas Ward (ed.), Roque Moreno. Novela histórica [Teresa González de Fanning]. Introducción y notas, Doral (Florida), Stockcero, 20191
Thomas Ward2, investigador y catedrático de literatura latinoamericana de Loyola University-Maryland, nos entrega un importante trabajo de edición y de análisis de la novela histórica Roque Moreno (1899; 1904)3 de la escritora peruana Teresa González de Fanning (1836-1918). Desde hace algunas, décadas la crítica literaria sobre la literatura hispanoamericana decimonónica se ve alentada por un continuo y necesario trabajo de reedición que intenta resolver el problema de acceso a las fuentes y dar a conocer a autores, en particular a autoras, que fueron invisibilizadas en su tiempo y lo continuaron siendo durante buena parte del siglo XX. En el caso de Roque Moreno, a este valor se le agrega el hecho de ser un testimonio ficcional de la representación de la población afroperuana a inicios del periodo republicano. En este sentido, esta novela interviene directamente en la reflexión acerca de cómo parte de la población afroperuana transita de un sistema colonial a otro republicano portando estigmas, pero también integrando de alguna manera un proyecto de construcción de la nación desde el ángulo de la educación y la moral privilegiado por la novelista.
Thomas Ward, importante investigador y gran conocedor del periodo, traza una línea temporal que tiene como punto de partida la reflexión acerca de las desigualdades sociales actuales cuyas perversas consecuencias vive aún la población afroperuana, doscientos años después de la Independencia. Instalados en el presente, el siglo XIX no hace más que echar luces acerca de marginaciones, malestares socio culturales y proyectos de modernización inconclusos.
La brevedad de la novela de González de Fanning, compuesta de veinte cortos capítulos, permite un trabajo introductorio extenso y detallado. En él, Thomas Ward establece un diálogo fluido no solo con la crítica de textos decimonónicos escritos por mujeres (Denegri, Da Cunha, Guerra-Cunningham, Masiello, Scott, Tauzin, entre otros), sino también con los estudios sociológicos, culturales y literarios sobre la ascendencia africana en Perú y en la región andina (Avilés, Leonardo, Aguirre, N´Gom, Velázquez). El cruce de estas dos perspectivas resitúa el problema del origen y la formación de la novela en el Perú republicano: el nacimiento de una novela nacional y de una literatura heterogénea (Cornejo Polar) a finales del siglo XIX, atendió sobre todo al proyecto indianista e indigenista y dejó de lado otros componentes de la diversidad socio cultural peruana.
Nos parece importante destacar dos elementos desarrollados en este trabajo introductorio. En primer lugar, la falacia de la independencia y, luego, la importancia de la perspectiva de género cuando nos referimos a la inserción de la población afroperuana en el proyecto de formación nacional.
El autor recuerda que el hito de la independencia, particularmente importante hoy que se celebra el bicentenario de su proclamación4, no hace más que recomponer el sistema colonial. Esto se puede observar, por ejemplo, en la representación estereotipada de la población afroperuana en la novela que delata la mirada del escritor criollo paternalista. Nos encontramos, por lo tanto, frente a una literatura negrista en la que el afrodescendiente es objeto y otredad. Thomas Ward recuerda las tres etapas en la representación del sujeto “transafricano”: el colonialismo, el negrismo y la negritud (clasificación propuesta por Velázquez). La primera se refiere al periodo en que la voz española colonizadora representaba al negro, por ejemplo, en las llamadas crónicas de Indias; la segunda, a su representación desde una perspectiva criolla; y la tercera a una autorepresentación.
En este sentido, la novela negrista de González de Fanning esquematiza los rasgos físicos y morales de Roque Moreno en oposición a los del español Justo de la Vega Hermosa, dicha representación, por lo demás, parece reproducir el esquema dicotómico barbarie-civilización. La perspectiva de la escritora puede recibir diferentes denominaciones: hispanismo, españolismo o criollismo ortodoxo, sin embargo, el conservadurismo que esta perspectiva delata se ve matizado por la representación de algunos personajes femeninos, en particular, el de Chavelita, la mujer de Roque Moreno. Isabel Maldonado es una mujer mestiza, de padre español y madre mulata. En la novela, Chavelita es no solamente la única sobreviviente, sino la responsable de la salvaguarda y formación de la generación siguiente. Las guerras decimonónicas (de Independencia y la Guerra del Pacífico) se encuentran metaforizadas a través de la lucha por el tesoro de Don Justo, es decir, a través del esfuerzo masculino por poseer el botín o la herencia española que enriquecerá patrimonios individuales. Frente a esta ambición y egoísmo que caracteriza la acción masculina, la mujer-en su rol de madre- es la encargada de velar por el bien común puesto de manifiesto a través de la educación y protección de sus hijos.
Chavelita, sin embargo, no solamente es la esposa de Roque Moreno, sino que también es la mujer que ama en secreto a Justo de la Vega y que reafirma sus valores morales a partir de la historia de vida ejemplar que este le deja como testimonio. No construye, por lo tanto, una nueva moral producto de las experiencias vividas, sino que exalta una juventud romantizada cargada de penas e injusticias personales, pero recompensada por una fortuna material considerable. La novela no nos entrega pistas concretas para lograr el progreso o la modernización, sino que insiste en la importancia de los valores de raigambre cristiana. El respeto y la admiración por la tradición hispana, que muchos escritores de finales del siglo XIX criticaron abiertamente, dejan a González de Fanning en una posición conservadora en un contexto en que el progresismo iba de la mano con el positivismo y la adhesión a una estética realista naturalista. Thomas Ward contextualiza esta posición dentro de un periodo fuertemente racializado, un periodo marcado por revueltas e insumisiones tras la proclamación de la independencia, pero que no supuso un cambio radical, sino una continuidad de tensiones y luchas en la que la propia autora creció. La intriga de Roque Moreno nos traslada a la costa norte peruana de donde ella es originaria. Un lugar que se parece a Nepeña, su provincia natal. La representación positiva de don Justo puede ser una prolongación de la imagen paterna (su padre tuvo origen español) y esto explicaría su idílica representación tanto física como sentimental.
En segundo lugar, el autor hace hincapié en la propuesta ficcional de Teresa González de Fanning dentro de una imprescindible genealogía de escritoras, para ello, propone un diálogo con tres otros relatos escritos por mujeres en la literatura peruana y ecuatoriana que cubre los siglos XIX y XX. Este procedimiento tiene dos ventajas: por un lado, ubica Roque Moreno dentro de un proceso evolutivo que permite estudios comparativos, por ejemplo, con relatos negristas más o menos contemporáneos, como el de Juana Manuela Gorriti, pero, al mismo tiempo, nos muestra el salto hacia una literatura de la negritud representada, por ejemplo, por la escritora ecuatoriana Argentina Chiriboga. Estos escritos ponen en evidencia la doble marginación, de clase y género, que sufre la mujer transafricana.
Otro de los aportes importantes respecto al análisis de la obra de Teresa González de Fanning, es el de su lugar dentro de las corrientes que imperan entre los siglos XIX y XX en América hispana, entre el romanticismo supérstite, el realismo-naturalismo con el que varios escritores se identificaron en tanto escuelas comprometidas con el análisis y la transformación social, hasta el cada vez más influyente modernismo. El trabajo de Ward se inclina por poner en evidencia la influencia de esta última estética en la escritura de González. Así, señala ejemplos en la novela de preciosismo y de exotismo, entre otros. Al mismo tiempo, el estudio introductorio busca resaltar la importancia de Roque Moreno para el género de novela histórica: la aproximación de la escritora no sigue necesariamente los códigos de la verosimilitud, sino que salta de un tiempo pasado representado (el tiempo de la historia: las luchas post independentistas vividas por Roque Moreno) y el de la autora marcado por otros hechos históricos importantes como el de la Guerra del Pacífico. Este procedimiento, que no deja de vincularse con la leyenda romántica, debe ser tomado en cuenta dentro del proceso de construcción de la novela peruana.
Teresa González de Fanning es reconocida sobre todo por sus aportes ensayísticos en temas como la educación y el trabajo de la mujer que se han considerado mucho más de avanzada que sus relatos, cuya perspectiva tradicional y conservadora ya fue sentenciada por Emilia Pardo Bazán en el prólogo del libro de relatos Lucecitas, publicado también a inicios del siglo XX. ¿Es esto cierto? En todo caso, es momento de conocer mejor su propuesta de ficción y sacar a González de Fanning de la sombra que sobre ella proyectan otras escritoras contemporáneas más prolíficas, progresistas y radicales como Clorinda Matto y Mercedes Cabello. La lectura y el análisis de los relatos de la autora ancashina explican las posibilidades de este género desarrollado durante toda la segunda mitad del siglo XIX también por escritoras como Juana Manuela Gorriti o Carolina Freyre de Jaimes.
Felicitamos un trabajo de reedición como este que nos permite conocer una novela clave ubicada en la intersección entre la representación del mestizaje, en particular de personajes afroperuanos, la perspectiva de género en relación con el discurso histórico y la guerra en el Perú de entre siglos.